jueves, 10 de marzo de 2016

Capítulo 7

Posted By: Unknown - 4:10:00
7. Guardaespaldas

Parte 1

Después de haber experimentado el traumático incidente con los bandidos en la carretera, comencé a pensar seriamente acerca de los reales peligros que nos rodean. En cierto sentido, Sunen es un verdadero paraíso, con su amable gente, la seguridad militar en torno al mercado central, el patrullaje de los principales caminos, etc. Pero aun así, existen grandes peligros que asechan cuando uno menos se los espera. Los bandidos son una realidad, ahora lo sé bien, así como me di cuenta de lo ingenuo que fui al ignorar tal hecho. Perdimos nuestro caballo y también algunos bienes (la carreta la di por perdida también), pero lo que más me dolió, fue el ver sufrir a Ilen de esa manera. Desde ese día también pude ver un cambio en su actitud, ya no tan confiada, sino un poco dubitativa en momentos que nunca lo fue, además de poner una extraña mirada cada vez que nuestros ojos se encuentran. Incluso se ha vuelto mucho más apegada a Eli, en un claro intento por resguardarse en ella. Las usuales conversaciones que teníamos durante las noches, se han transformado en momentos cortos de un incómodo silencio, peor aún, su voz a veces tambalea cuando se dirige a mí. Todo esto me hace sentir terrible. Lo único que espero, es que el tiempo pueda sanar las heridas en su mente.

Otra afectada, indirectamente, fue Mirina, que se escandalizó cuando supo lo que sucedió y corrió a abrazar a Ilen, en cuanto la vio llegar en el estado en que termino. Fue realmente duro calmarla y hacer que se separara de ella, ni siquiera los dulces pudieron hacer que su ánimo mejorara (Aunque no los rechazó). Fue necesario un buen tiempo para que recuperara su usual actitud.

Con respecto al trabajo, no hubo muchos cambios, ya que el contrato sigue vigente y no es mi intención el rendirme ante un sólo incidente. Por lo que pensé en soluciones a corto y largo plazo para nuestros problemas de seguridad, considerando costos y mi creciente paranoia. Primero, recurrí a la contratación de guardias improvisados para custodiar el transporte de los caramelos ("La seguridad de Albert también es una prioridad"), improvisados porque son usualmente amigos o conocidos de Albert, habiendo algunas veces en que logro contratar algunos guardias de caminos ("Una moneda de plata por medio día, es bastante tentador para cualquiera"). Segundo, la búsqueda de un guardaespaldas de tiempo completo.

La idea del guardaespaldas no es algo que pensé de manera rápida, sino la conclusión de una larga y compleja meditación, considerando no sólo los riesgos en carretera, sino también nuestro constante crecimiento como empresa, que querámoslo o no, cada vez es más conocida nuestra fama por los dulces y las ganancias que nos trae ("Siento que el riesgo puede existir incluso en nuestro hogar"). Por lo que una o más personas, altamente entrenadas en combate, serían ideales para proteger tanto nuestras mercancías como nuestra casa. El problema de fondo, claro está, es la confianza que puedo depositar en desconocidos ("Si tan sólo encontrar a alguien extremadamente honrado y confiable fuera sencillo").

Decidí que mientras reunía información acerca de cómo encontrar buenos guardaespaldas, me mantendría por mientras con los guardias improvisados. Envíe cartas tanto a mi Abuelo como a Theo, en busca de los mejores consejos y lugares donde encontrar personas adecuadas para hacer de guardaespaldas a tiempo completo. Mientras tanto, dedique mi tiempo libre a tratar de calmar los ánimos de Ilen y Mirina, además de prestarle más atención a mi querida y cada vez más energética hermana.

Definir a Eli es bastante complicado, pues es una niña  de personalidad cambiante. Cuando se encuentra con Ilen, es adorable y tranquila, siempre tratando de buscar el favor de ella e irradiando un aura pura cada vez que se encuentra en sus brazos. Cuento aparte es cuando pasa su tiempo con Mirina, pues se desata y estalla en una animosidad digna de ser reconocida ("Hay veces que no puedo evitar asociarla a un pequeño chimpancé hiperquinético"), además de que poco a poco ha empezado a contagiarse con el gusto por los dulces. Y finalmente, cuando se encuentra conmigo, se transforma en una niña bastante sería y precavida, tratando de imitarme cuando estoy haciendo algo que le interesa o prestando mucha atención cuando trato de enseñarle ("Últimamente estoy tratando de enseñarle a hablar bien y a decir algunas palabras un poco más complejas"). En sí, es una niña muy adorable, capaz de moverme el corazón con mucha facilidad y hacerme siempre pensar en cómo hacerle la vida mucho más fácil y segura.

Mirina es virtualmente el alma de la casa, con su eterno buen ánimo y su contagiosa sonrisa, elevando la moral cuando nos encontramos trabajando y siempre con extraños y graciosos temas de conversación ("Principalmente acerca de dulces"). Hoy por hoy ya es toda una adolescente, con sus casi 15 años ("Aunque no sé por qué tengo casi la misma altura que ella"), emanando el aura de una agraciada señorita cuando realmente se lo propone. Nuestra relación ha cambiado un poco con el tiempo, pues si bien seguimos siendo apegados, ha comenzado a poner una prudente distancia entre nosotros y a demostrar vergüenza a la hora de expresarme su afecto ("Aunque el efecto es opuesto, pues hace que sienta mucho más atraído"), cambiando los antes usuales besos en la mejilla por simples abrazos.

En un intento por encontrar la manera de levantar el ánimo  de las mujeres, así como de distraerme de mis pensamientos pesimistas y miedos, comencé a recordar algunas interesantes cosas de mí otro mundo. A decir verdad, no es algo que simplemente se me ocurrió ahora, sino que ya lo había pensado en mis momentos de mayor aburrimiento, cuando tenía 3 o 4 años, pero que por mi falta de habilidad manual y para no levantar demasiadas sospechas, decidí ignorar. Hablo de los famosos juegos de mesa, al menos los que yo aprendí a jugar.

En este mundo estancado en la edad media, es poco común encontrar formas de diversión más complicadas que lanzar una herradura contra un palo. Los festivales locales irradian felicidad y los niños juegan entre ellos, pero no van más allá de entretenerse con tiras de género, palos y arrojándose piedras ("Bueno, hasta yo me entretuve en mi infancia con una buena pelea a piedrazos. La regla principal es que el juego termina cuando alguien sale herido"). Los nobles poseen un poco más de refinamiento en este aspecto, gustando de juegos de azar, como los dados y el clásico de encontrar la bola oculta entre las 3 copas ("Un timo que vi hasta en mi mundo"), pero ningún juego de mesa como el que yo jugué cuando era niño. Así que decidí que era hora de traer un poco de entretenimiento de verdad a la casa.

Lo primero que se me vino a mi mente fue el ajedrez, pero sus reglas son demasiado complejas como para ser aprendidas fácilmente ("Aunque quizás Ilen pudiese"), por lo que opte por algo sencillo de entender, capaz de ser jugado por más de 2 personas y que pueda otorgar horas de diversión. El "Ludo". Juego diseñado para ser jugado con dados, en que uno debe seguir un camino predeterminado que recorre todo el tablero, con el uso de cuatro piezas, hasta que una de estas llegue al destino final en el centro, eso sí, con el riesgo de que los oponentes caigan encima y eliminen tus piezas, haciendo posible que el juego dure horas, si se dan las circunstancias.

Para la construcción del juego, hice uso de mis mejores habilidades y herramientas disponibles. El tablero lo fabrique con una tabla de la mejor madera que pude conseguir, la cual pinte con tintes que compre en el mercado y que mezcle con aceite. Para las piezas recurrí a piedras de río, meticulosamente seleccionadas y posteriormente pintadas. Y para lo más difícil, los dados, en una primera instancia intente tallarlos en madera (Como se suele hacer aquí), pero al no lograr nunca el refinamiento preciso y por considerarlos muy livianos, termine por hacerlos de arcilla cocida, desempeñándose mucho mejor, aunque si se lanzan con demasiada fuerza se pueden romper.

Cuando llegó el momento de estrenar el tablero, me sentí realmente nervioso, con el miedo de que quizás no les gustase a mis dos compañeras de juego. Les explique a ambas las reglas, pero como se esperaba, hubo que repetirle varias veces a Mirina para que finalmente las entendiera. Ilen por su parte, se mostró realmente interesada en el juego y por primera vez no preguntó por el origen del extraño tablero.

La primera partida fue todo un éxito. Me sentí como en los viejos tiempos, cuando jugaba esta clase de juego con mis familiares y amigos. Mirina se volvió adicta inmediatamente y con impaciencia esperaba siempre su turno ("Sumándole una taza de leche con azúcar y unas galletas, ella claramente estaba en el paraíso"). Ilen fue la ganadora, a pesar de que realmente fui con todo, demostrando una habilidad excepcional para entender rápidamente esta clase de cosas ("Creo que tengo a alguien para jugar ajedrez, cuando me proponga fabricar uno") y derrotarme en mi propio juego.

Una segunda y tercera partida fue ganada también por Ilen, pero no me rendí y logre ganar la cuarta, ante una frustrada Mirina, que estuvo a punto de lograrlo ("Tuve que darle unos cuantos dulces para apaciguarla"). Esta última resultó ser bastante empalagosa por tratar de que continuásemos, pero habían pasado tantas horas, que nos habíamos pasado por mucho de la media noche y mi mente ya estaba cansada.

Sin duda fue uno de los mejores días que he tenido. Principalmente por haber disfrutado tanto con mis familiares más cercanos y por haber sido capaz de devolverle la sonrisa a Ilen.

Después de aquello, sorprendí a Mirina con un juego especialmente pensado para ella, "Escaleras y serpientes", lo que la dejó embobada y totalmente adicta. Parte de mí se arrepintió al poco tiempo, pues se volvió verdaderamente fastidiosa, presionándome una y otra vez para jugar, aunque no tuviera ni la energía ni el tiempo (" Espero que Eli crezca pronto, o sino voy a tener que fabricar un solitario"). Empecé también, la planificación para poder fabricar un ajedrez, pues siento la verdadera necesidad de jugar algo lo suficientemente complejo como para hacerme usar todo mi cerebro, a la vez que quiero competir seriamente con Ilen.

***

Punto de vista de Ilen

Han sido unos años muy agitados, desde que mi querida maestra murió, esa fatídica tarde que estará por siempre en mi memoria. Criar a su única hija ha sido y es el mayor de los placeres que he tenido en la vida, desde que la levanto en la mañana y tengo que despertar ese tierno rostro, hasta cuando debo contarle una historia para dormirla en las noches. Sé muy bien que no es mi hija, pero no puedo evitar, después de verla todos los días, desde que era un pequeño bebé hasta ahora que es toda una adorable niña, pensar que es mía. El día que me llamó "Mamá", sentí que me habían golpeado el corazón con una enorme roca, tanto así, que las lágrimas comenzaron a brotar de mis ojos sin control y llore de felicidad durante todo un día. Poco después supe que fue Akeel quien le enseñó eso, pues insiste en que yo actúe como su verdadera madre.

El trabajo doméstico se volvió cada vez más sencillo, a medida que Mirina fue creciendo. La personalidad de esta niña es algo con lo que hay que lidiar, pues si bien a la hora de cumplir sus responsabilidades presta total dedicación, al momento de terminar se vuelve un torbellino de energía en busca de algo con que entretenerse, demasiada energía para mi gusto. Si esta niña hubiese estado en el lugar donde fui criada, esa actitud hubiese sido detenida a golpes, lo vi de primera mano con una de mis compañeras. La razón de por qué nunca se le ha reprimido su personalidad, es a causa del deseo de Eline en un principio y posteriormente de Akeel, que desde mi punto de vista la consiente demasiado. Quizás mi actitud hacia ella han sido simples celos, debido a que no pude vivir esa clase de vida por mi cuenta, pero a medida que pasa el tiempo, he comprendido lo inmadura que fui y poco a poco he empezado a considerarla como una hermana.

Akeel es un ser extraño. Cada vez que pienso detenidamente acerca de todo lo que ha hecho y no ha hecho, me hace sentir que no es humano, a la vez que es demasiado humano ("Mi cabeza me duele, incluso cuando trato de explicármelo a mí misma"). Desde que nació fue alguien demasiado peculiar, sumamente retraído y silencioso, siempre tratando de aprender rápidamente y escabulléndose de la mirada de sus padres. Nunca lo vi interesado en relacionarse con niños de su misma edad, a pesar de que muchas veces se dieran las oportunidades en el mercado y cuando su madre lo llevaba a casa de conocidos. Incluso cuando jugaba con Mirina, se veía claramente quien era el más maduro. Fue duro para mí, porque a pesar de que nunca quise inmiscuirme en sus asuntos, irremediablemente me llamaba demasiado la atención lo extraño que era ("Y lo sigue siendo").

Después de la muerte de sus padres, cosa que nos afectó a todos, Akeel se fue volviendo cada vez más relevante en los temas domésticos, administrando de manera increíble la economía de la casa y disuadiendo de manera exitosa a sus abuelos. De no ser por él, habríamos terminado viviendo bajo el techo de esa estricta familia, que a pesar de que no les guardo ningún rencor, no me gustaría por ningún motivo volver (“El recuerdo de los conflictos que llevaron la salida de Eline, aún están en mi memoria”). Siempre le he agradecido ese hecho, aunque no se lo he dicho con palabras, pues me ha permitido el criar a Eli como si fuera mi propia hija.

Sucesivamente vinieron los extraños experimentos de Akeel, todos en post de hacer más fácil nuestro estilo de vida. En ningún momento tuvimos problemas económicos, pero algo en él lo hizo querer buscar más. Rápidamente encontró una manera de hacer su propio negocio, con sus famosos caramelos y la extraña sustancia que extrae desde el palo dulce, incluso llegando a fabricar una sorprendente máquina para procesar más fácilmente el material.

Siempre quise tratar de atajar a ese niño, cuando creía que aún era tiempo, pues sentía que estaba haciendo algo que no debería estar haciendo alguien de su edad, pero nunca pude siquiera mover un dedo. Aparte de quejarme de vez en cuando, por lo absurdo de las cosas que veía o las situaciones en que nos involucrábamos, no podía y aún no puedo encontrar siquiera un poco de duda en sus ojos, cuando se encuentra haciendo lo suyo. Cuando cocina algo nuevo, cuando trabaja en su taller, cuando busca desesperadamente a un artesano que pueda fabricarle algo extraño, cuando le enseña a Eli y a Mirina, como si fuera uno de los mejores maestros de la ciudad, no puedo dejar de mirarlo. No puedo dejar de mirarlo cuando se ve de esa manera, pero a la vez, ya no puedo mirarlo a los ojos, pues de inmediato me avergüenzo sin razón alguna.

Todo cambio ese funesto día en que casi nos atrapan esos bandidos. Me encontraba en mi mejor momento anímico, después de haber llevado de manera exitosa la discusión con los mercaderes. Nunca antes en mi vida me sentí tan poderosa, a pesar de que toda mi rutina fue ideada por Akeel. Pero lamentablemente, todo se derrumbó para mí en el momento en que aparecieron los bandidos. Mis miedos se apoderaron de mí, tanto por mí misma como por la seguridad de quien es mi responsabilidad, al punto que no supe idear nada más que correr en la dirección contraria. Pero Akeel no, el superó sus propios miedos, me superó a mí, y con su firme mano, me jaló hacia la única posibilidad de escape.

En ningún momento se rindió ese niño, liderando el paso a pesar de ser menor a los ojos de cualquiera. Tiro de mi mano tan fuerte, que sentí que mi brazo se iba a salir. Nunca en mi vida vi tanta desesperación en una persona tratando de protegerme, tirando de mí como si fuera su propia vida, sin importar las veces que cayera al suelo, sin importar lo lastimada que me encontrase. Más aun, al ver que yo no podía dar un paso más, optó por ocultarnos entre la vegetación en vez de huir por su cuenta, sellando su destino junto al mío, abrazados en silencio y esperando que lo inevitable nunca llegara. En aquel momento, en ese frio y áspero suelo, abrazada desesperadamente a mi único consuelo, el niño que siempre mis ojos vieron, murió para siempre en mi mente.

Sé que fue sólo un instante, comparado con el transcurso de toda mi vida, pero el momento en que yacía abrazada a Akeel, herida y con mi mente abrumada por el miedo, fue uno de los momentos en que más querida me sentí. Sin menospreciar el cariño que me dieron Eline y mis padres, siento que nada puede superar ese para mi eterno momento, en que sentí esa tierna pero fuerte mano acariciar mí cabello, un pequeño espacio en el tiempo en que todas mis preocupaciones se esfumaron. Después de eso nada me importó y simplemente espere que dicho momento nunca acabara, a tal punto, que sentí que mi mente se apagó por completo.

En el momento que desperté de mi sueño, el rostro de Akeel estaba sobre mí. Para mi sorpresa, sus labios estaban pegados a los míos y su lengua incursionaba profunda y apasionadamente dentro de mi boca, como tratando de encontrar algo, no bruscamente, sino con la mayor de las delicadezas, algo totalmente nuevo y abrumador para mi persona. Entre en razón rápidamente e impulsivamente me libere de él, retirándome con fuerza hacia atrás. Trate de buscar rápidamente una razón de porque  había hecho eso, pero no tuve el tiempo, pues rápidamente se abalanzó sobre mí para calmarme y explicarme lo que había sucedido. Me sentí avergonzada por lo débil que fui, y como una niña que se había caído jugando en la tierra, simplemente me quede ahí sentada y deje que aquel niño me limpiase mis heridas, como lo haría un padre o una madre por su querido hijo. Mis lágrimas querían salir de mis ojos, pero aguante cuanto pude, pues no quería sentirme peor de lo que estaba y no quería avergonzarme más frente a quien nunca demostré tal debilidad.

Ni siquiera tuve voz para impedir que Akeel se fuera en busca de ayuda, simplemente asentí y deje todo en sus manos,  aguantando en soledad y herida, a que el volviera con las buenas noticias. Lo increíble no es el hecho de que volvió con ayuda, sino que extrañamente nunca dude, ni por un instante, de que volvería con lo que prometió. Ya no puedo pensar en algo que él diga, que yo no dé por hecho que se cumplirá, siendo tal la confianza que he desarrollado por él, que a veces siento miedo por mí misma. Incluso, en el momento que pasamos junto a la otra carreta atacada, y al ver lo que les había sucedido a sus ocupantes, no atiné hacer otra cosa que apoyarme en el nuevamente, hasta que llegamos a nuestro hogar y pude sentir que por fin la pesadilla había acabado.

Los días pasaron y algo en mi cambio. A pesar de que mis heridas sanaron, el miedo en mi mente no se quería ir por completo y mi único refugio era Eli. Akeel intentaba hablar conmigo, pero no podía mirarlo a los ojos, pues cada vez que nuestras miradas se encontraban, todo el recuerdo de mi debilidad me golpeaba de lleno, haciendo que nuestras usuales conversaciones se volvieran un incómodo silencio para ambos. Pude notar su tristeza y eso me hacía más infeliz todavía. Pero como es usual en él, no se rindió, y llegó con una peculiar manera de levantarnos el ánimo, tanto a Mirina como a mí. Como siempre, algo salido de la nada, un extraño juego de mesa, compuesto por un tablero finamente decorado, unas piedras pintadas, unos dados y reglas sumamente bien pensadas. El resultado fue inmediato, Mirina fue la más atraída por el impacto que causó, yo por mi parte, lo encontré extrañamente satisfactorio, pues las reglas no son difíciles y encontré de inmediato el truco para derrotarlos a todos. No me di ni cuenta cuando mi sonrisa volvió a mi rostro por algo que no estuviera relacionado a Eli.

He pensado mucho respecto a mi actual actitud con Akeel. No soy tonta ni me quiero hacer la ignorante conmigo misma, pues sé muy bien cuál es el problema. A pesar de que actualmente estamos volviendo a llevarnos bien, mis ojos no pueden encontrarse con los suyos sin que una gran presión poco a poco comience a invadir mi pecho. Tengo miedo, miedo de mi misma, por sentir cosas que no debería estar sintiendo. No puedo, cada vez que enfoco su rostro, evitar recordar el momento en que me jalaba de mi mano con desesperación, cuando estuvimos abrazados en espera de un cruento destino, cuando acariciaba mi cabeza para calmarme y el sabor de su boca cuando me beso. Entonces el miedo se transforma en odio ("Me odio a mí misma"), porque ¿quién soy yo para tener esta clase de sentimientos?, atormentándome por cosas que no deberían estar pasando. Y es que ya no logro ver un niño, mi corazón ya no me deja ver con claridad. Porque aunque no fuera un niño, ¿qué oportunidad tendría alguien como yo con alguien como él?, de familia noble, inteligente y con un brillante futuro. No le será difícil encontrar una hermosa y noble mujer para que lo acompañe por el resto de su vida. Mi miedo es el tener que presenciar tal cosa, con los sentimientos que tengo ahora mismo.

Me siento como en un libro de tragedia, haciendo una tormenta en una copa de agua.



Parte 2

Camino principal entre Girelia y Sunen año 5539 mes 4 día 2

Según mi percepción del tiempo, deben ser cerca de las 10 de la mañana. Hoy es un día bastante hermoso, con un sol radiante, sólo unas tantas tímidas nubes y poca humedad. El camino hacia Girelia es como siempre, un accidentado sendero de tierra de poco más de 10 metros de ancho, que surca planicies, valles y cerros.

Desde hace bastante tiempo que no vamos a Girelia, al menos Ilen y yo. El motivo es una carta que recibimos de Theo, indicándonos un lugar que debemos visitar, pues es un muy frecuentado por mercenarios y guardaespaldas veteranos. Mi intención por contratar uno no ha cambiado, así que he decidido que por lo menos hay que echarle un vistazo, obviamente, aprovechando el viaje programado para entregar la cuota semanal de caramelos.

A pesar de que hace poco supimos que atraparon a una banda de asaltantes en este mismo camino, ya no me fio de nada, por lo que vamos escoltados por 4 hombres a caballo, todos experimentados guardias de rutas, que por suerte estaban libres hoy ("Me siento bastante seguro esta vez").

A Ilen pareciera que ya se le paso el trauma del incidente pasado, pues se muestra bastante compuesta y sería, como es usual en ella. Lo diferente sería, el hecho de que a pesar de que vamos juntos y sentados al frente de nuestra nueva carreta ("Esta vez de 2 caballos por razones obvias"), ella mantiene una poco usual distancia de mí, evitando mi mirada e incluso los usuales roces de nuestras caderas y piernas, que son inevitables por lo accidentado del camino. Mis sospechas aumentan mucho más, al accidentalmente pasar por sobre una nada pequeña piedra con una de nuestras ruedas, que hizo que nuestros cuerpos chocaran de imprevisto. La reacción de ella es sumamente extraña, primero se pone demasiado nerviosa y lanza un pequeño quejido en el momento en que impactamos, luego rápidamente se separa de mí y se queda totalmente tensa, mientras continúa guiando las riendas de los caballos.

"Aquí hay algo demasiado raro, demasiado raro, rarísimo en extremo"

Mientras pienso que diablos le pasa a Ilen, una fugaz mirada entre ambos, me deja aún más intrigado, pues nuevamente se pone nerviosa y luego evita por cualquier motivo el mirarme nuevamente ("Algo definitivamente le pasa"). Por unos instantes, me quedó simplemente en silencio y la observo fijamente, por supuesto, ella me evita y continúa mirando el frente del camino, noto además una pequeña gota de sudor en su frente ("¿Estará enferma?). Entonces decido hacer algo poco usual en mí, me acerco calmadamente a su lado y con uno de mis dedos toco suavemente su espalda, en el lugar donde está la columna. Ella se estremece al punto de soltar las riendas y suelta un pequeño, aunque adorable quejido.

   ¿P-pasa algo Akeel, que fue eso? — Me pregunta preocupada, mientras agarra nuevamente las riendas.

   Eso mismo me gustaría saber de ti, estas muy extraña, ¿acaso estas enferma? Por favor dímelo si es así, no quiero que pongas en peligro tu salud por este viaje.

   ¿Yo, por qué piensas eso?

   Ilen por favor. — La miró con ojos serios. — Te conozco bien, esta no es la usual tú, a ti te pasa algo, dímelo, ¿estas enferma, o es que aún estas nerviosa por lo que paso la última vez?

   N-No... No es eso. — Me responde cabizbaja.

   ¿Entonces, que es?

Ella simplemente se queda paralizada, mirándome con nerviosismo, pero sin dejar de prestar atención a las riendas. Comprendo entonces, que es algo que para ella es difícil de decir, algo aparentemente personal.

   ¿Es algo difícil de decir? — Le preguntó suavemente.

   Sí. — responde secamente, volviendo su mirada al frente.

   ¿Es personal?

   Sí.

   ¿Te da pena decírmelo a mí, soy yo el responsable?

   S-sí.

Noto nuevamente el nerviosismo en sus palabras y en su mirada. No soy tonto, por su actitud hacia mi puedo deducir lo que está sucediendo, el que sienta esa timidez y aprehensiones hacia mí, sólo pueden significar una cosa.

   Ilen, creo que sé lo que estás pensando. — Le digo seriamente.

   ¿Lo sabes? — Me pregunta sorprendida.

   Tú eres una mujer, es normal que sientas esas cosas y más si es por mí.

   L-lo dices en serio, ¿cómo puede ser esto normal? — Me dice totalmente avergonzada y con voz entrecortada. — No lo entiendo.

   Ilen, por favor, yo no soy mujer, pero puedo decirte que es perfectamente normal, incluso para alguien mayor como tú.

   ¿Mayor, quieres decir que la edad no importa?

   Para nada, creo que muy pocas son capaces de lidiar con eso de forma en que nadie se dé cuenta y al parecer, tú no eres la excepción.

   ¿Tan así de predecible soy?, ¿cómo puedes ver a través de mi de esa manera? — Dice, con su mirada pérdida en el horizonte.

   Por favor Ilen tranquilizante, no es bueno exigirte tanto, sabes bien que después de un tiempo se pasará.

   Como puedes decir eso, esto no es algo que se pasa de la noche a la mañana. — Me dice con ojos húmedos y algo de enojo en su mirada.

   Está bien, puede tardar un poco más, pero irremediablemente pasará y lo olvidarás.

   ¿Olvidar?... Yo no creó ser capaz de eso. Yo lo considero un momento especial en mi vida.

   Lo sé, todas lo consideran de maneras diferentes, algunas lo detestan y otras lo consideran una bendición. Lo que sí, es un momento especial.

   Lo sé… Pero no me creo capaz de superar esto tan fácilmente.
Su mirada se fija en mí, como buscando una respuesta a una pregunta. Me siento un poco incómodo porque realmente no sé cómo responderle, así que le preguntó;
   No lo entiendo Ilen, ¿cómo superas esto todos los meses?

   ¿Todos los meses? — Me pregunta confundida.

   Si, debo admitir que nunca me di cuenta de que te afectaba tanto. Sé que es un momento sensible para todas las mujeres, pero nunca he visto a alguien sufrir tanto por ello.

   ¿D-de que es estás hablando? — Esta vez su voz transporta algo de miedo.

   Bueno, no he querido decirlo directamente por respeto y debido a la presencia de los guardias. — Me acerco lo suficiente para que mi voz sólo sea escuchada por ella. — ¿Estas así por tu periodo, no es así?

Debí haber dado en el clavo o algo así, porque por un instante se quedó paralizada, luego su cara se puso roja como un tomate y finalmente volvió su mirada nuevamente al camino. Luego de unos segundos, y ante mi mirada fija en busca de una respuesta, ella aclara su garganta y dice;

   Así… Así es, es como tú piensas, disculpa por haberte hecho preocuparte.

   Para nada, como te dije, es algo natural.

A partir de entonces, y durante todo el camino a Girelia, Ilen fue un poco más fría de lo usual conmigo, aunque quien puede culparla, debe ser una verdadera maldición el tener que pasar por ese nivel de estrés cada mes (“¿Quizás por eso siempre tiene esa actitud un tanto apática?”).

***

Habiendo llegado a Girelia, lo primero que hacemos es dirigirnos hacia el negocio de Theo, quien cálidamente nos recibe, tanto a nosotros como a nuestra preciosa carga. Intercambiamos un par de palabras, confirmamos la locación del lugar al que debemos ir y posteriormente pusimos rumbo a nuestro destino. Debo decir que encontré al comerciante bastante interesado en hablar más con Ilen, pero ella como siempre, y quizás también por estar de muy mal humor, lo trató mucho más frío de lo usual.

Caminamos por todo el distrito comercial, atravesando incontables negocios, bares y restaurantes, hasta llegar en el límite con una conocida área residencial, en la que viven la mayoría de los guerreros y ciudadanos de clase media. Nuestro destino es el bar "La bella salvaje", un sitio muy concurrido por dichos guerreros y lugar que además presta servicios para buscar todo tipo de mercenarios y guardias a sueldo, para quien los necesite y posea el suficiente dinero para pagar, pues son costosos.

Llegamos al bar a eso del mediodía. El lugar está repleto, pues es la hora de comer para la mayoría de las personas. El espacio es amplio y puedo divisar más de 20 mesas, todas repletas de hombres y mujeres, bebiendo y disfrutando de sus comidas. De inmediato nos dirigimos al mostrador e Ilen pregunta por alguien que nos ayudase a encontrar guerreros para contratar. La conversación se vuelve satisfactoria, únicamente una vez le entregamos un par de monedas de bronce a la recepcionista ("Obviamente nadie hace nada si no hay recompensa de por medio"), quien nos indica que subamos al segundo piso y preguntemos por un hombre llamado Dhorm.

En el segundo piso, nos encontramos con una cantidad mucho menor de mesas, si bien el espacio es casi el mismo que en el primer piso, estas están mucho más separadas unas de otras. La decoración también es muchísimo mejor y las sillas se encuentran acolchadas, dándome a entender que es un lugar para gente de mayor clase.

Luego de preguntar a un hombre que pareciese estar a cargo, se nos indica que Dhorm es la persona que se encuentra al final del cuarto, en una de las mesas que se encuentra junto a una ventana. Nos dirigimos hacia el e Ilen inicia la introducción;

   Disculpe, ¿es usted Dhorm?

El tipo es un hombre aparentemente mayor ("Me cuesta deducir bien, por eso de que a los 30 dejan de envejecer"), delgado, de tez muy blanca y cabello castaño muy corto, con un bigote muy bien arreglado y con ropas ni muy pobres ni muy finas. Se haya comiendo lo que parece ser un guisado, así que primero se limpia su boca y bigote con un paño, antes de dirigirse a nosotros.

   Así es, ¿Puedo hacer algo por usted? — Dice, con bastante modestia.

   Primero me presento, mi nombre es Ilen Antmad, comerciante, y estoy en busca de guardaespaldas para el traslado de mi carga. Me dijeron que usted es la persona adecuada para encontrar a la mejor gente.

   Por supuesto, por supuesto, yo soy la persona adecuada. Aunque mi lema es "la persona adecuada para quien pueda pagar el dinero" — su voz no deja de ser modesta, aunque esta vez lo dice en tono un tanto juguetón.

   El dinero no es problema, ¿cuánto cuesta su tiempo? — Indica rápidamente Ilen, con su usual tono serio.

   Bueno, depende de que quiere que yo haga. Por solo información cobro 5 monedas de bronce, pero si quiere que yo le busque a las personas y se las lleve directamente donde usted, eso son 2 monedas de plata por cada una.

   Por ahora nos gustaría información. — Interrumpo, a la vez que pongo las 5 monedas de bronce sobre la mesa. — Dependiendo de eso, veremos si necesitamos más de sus servicios.

   ¿Y tú eres? — Me pregunta extrañado, para luego mirar nuevamente a Ilen.

   Su protegido y también su asesor. — Respondo.

   Bastante joven para dárselas de asesor, pero quien soy yo para contradecir al dinero. — Dice contento, a la vez que toma las monedas. — Bueno, ¿qué tipo de guardias necesitan?

   Queremos a alguien con buena habilidad con la espada, con experiencia en combate, que no sea muy bebedor y que sea reconocido por ser muy honesto. — Indica Ilen.

   Mmmmmm. — Murmulla el hombre, mientras sostiene su mentón con una de sus manos. — Me la ponen un tanto difícil, especialmente con lo de lo honesto. Recuerden que están buscando guerreros que luchan por dinero, no esperen encontrar héroes perfectos de cuentos infantiles.

   Está bien, entonces danos nombres de guerreros experimentados, que hayan trabajado más de una vez como guardaespaldas, eliminando obviamente a los que tengan mala reputación. — Indico yo esta vez.

   Bien, eso está un poco mejor... Déjame ver. — Dice, mientras saca de entre sus ropas una pequeña agenda y comienza a ojear lentamente sus hojas en busca de algo. — Veamos, tengo a los hermanos Gundir, muy buenos guerreros, aunque buenos para beber... Quizás el buen Matheo, aunque la última vez se le murió quien lo contrató... ¿Estará vivo el viejo Rumon?...

Dhorm se queda murmurando para sí mismo durante un buen tiempo, anotando varios nombres en una hoja de papel que retiró de su libreta. Repasa la lista varias veces, eliminando y añadiendo nuevos nombres, hasta que por fin parece satisfecho y se dirige a nosotros;

   Bueno, considerando el hecho de que parecen primerizos en esto de contratar guerreros, les he hecho una lista con varios nombres que encajan en el perfil que buscan y que yo personalmente recomiendo, bueno, con excepción del último nombre de la lista, que corresponde a alguien un tanto nuevo en la ciudad. Nadie se ha quejado, pero aún no me atrevo a recomendarla completamente, aunque cumplo con decir su nombre, pues también me pagan por ello.

Una vez recibimos la lista, me encuentro con ocho nombres, tanto hombres como mujeres ("Aún no me logró imaginar completamente a una mujer guerrera. Se me viene a la mente una especie de amazona llena de músculos, aunque claro, es sólo prejuicio traído de mi otro mundo, pues he visto varias dentro de la ciudad, pero no muy de cerca como para analizarlas bien."), junto a su dirección y una breve lista de los trabajos que suelen hacer.

   ¿Cree que podemos encontrar a estas personal el día de hoy? — Le pregunto.

   Por supuesto, les estoy dando una lista de aquellos que hasta donde sé, están disponibles y dentro de la ciudad. Después de todo es mi trabajo y soy reconocido por dar un buen servicio, sin decirles más, incluso la lista está hecha en orden de quien está más cerca de este lugar, así pueden aprovechar mejor su tiempo.

   Wow, realmente vales las 5 monedas.

   Jajajajajajaja, no esperaba recibir esa clase de elogios de un niño. — Ríe el hombre, disponiéndose nuevamente a comer de su plato. — Un placer hacer negocios con ustedes, ya saben dónde encontrarme por si necesitan algo nuevamente.

Nos despedimos cortésmente y nos retiramos del lugar. Como aún es temprano y estamos un poco hambrientos, compramos unas brochetas de carne en un puesto ambulante y caminamos tranquilamente hacia el destino más cercano de la lista, preguntando a algunas personas de vez en cuando para orientarnos.

El primer nombre de la lista es un hombre llamado Andur, un veterano de varias guerras y que suele emplearse como guardia de caravanas que se dirigen hacia el oeste. Lo encontramos tirado fuera de su casa, a sólo centímetros de su puerta, bañado en su propio vómito ("No es un buen comienzo"). Siendo evidente que nos encontramos con alguien extremadamente asiduo a la bebida ("Apenas es pasado el mediodía"), tanto Ilen como yo decidimos ignorarlo y tachar su nombre de la lista. Así que pusimos marcha inmediatamente al siguiente.

Nuestro segundo destino contemplaba encontrarnos con una mujer de nombre Krim, con mucha experiencia local en trabajos de guardia personal y veterana de algunas batallas. Lamentablemente para nosotros, resultó que está embarazada, no de hace mucho tiempo (por lo que no podemos culpar a Dhorm), así que evidentemente estará fuera del negocio por un largo tiempo.

Un poco decepcionados por cómo se están desarrollando las cosas, trate de darnos un poco más de ánimos, comprando un poco más de comida, y nos fuimos, con un poco más de esperanza, a los siguientes destinos.

En adelante logramos encontrarnos con mejores prospectos. Un muy simpático y hablador espadachín, que de alguna manera quedó bastante prendado de Ilen, por lo que lo tire al fondo de mi lista de opciones ("No me agrada que se mezclen negocios con amor, así como no quiero que me toquen a mi única compañera de conversaciones"). Una musculosa y alta mujer, al parecer muy confiable, pero que me dio un miedo atroz cuando supe lo que le hace a los hombres que vence ("Los detalles gráficos me van a hacer tener pesadillas esta noche"), así que la deje en "quizás". Además de otro par de ebrios, nos encontramos con un guerrero que parece prometedor, pero que lamentablemente acaba de ser contratado, así que quedó fuera de discusión.

Aún con mucho día por delante, nos encontramos desilusionados con lo poco encontrado y con un último nombre en la lista por visitar. Paramos primero en un puesto de bebidas, donde nos refrescamos con un par de jugos de fruta. Mientras descansábamos, logre sacarle algunas sonrisas a Ilen, burlándome de los ebrios que encontramos y de las anécdotas de la mujer fortachona. Y finalmente, pusimos rumbo a nuestro último destino de la lista, donde una guerrera llamada Mika.

Al llegar a la dirección, nos encontramos con un lugar bastante humilde, muchísimo más que todos los anteriores lugares visitados y quizás, mucho más que la mayoría de las viviendas que he visto hasta ahora en la ciudad. Resulta ser una pequeña posada en donde se alojan viajeros y gente sencilla. Entramos y en la recepción nos atendió una muy delgada y demacrada mujer, primera persona que puedo asegurar que es de avanzada edad, sin la necesidad de ver arrugas. Nos atendió muy cortésmente y nos dijo que esperásemos en una pequeña, aunque cómoda, sala de estar, mientras llamaba a la mujer llamada Mika.

Después de un par de minutos, y para mi sorpresa, hace su entrada una increíblemente bella mujer, que me sorprende no por dicha belleza, sino por su increíble parecido a Mirina. De cabellera roja y ojos verdes, un poco más alta que Ilen, vestida con un sencillo atuendo masculino, compuesto por pantalón, polera, botas y un ajustado cinturón, que a pesar de todo, dejan entrever su esbelta figura, además de su delicado y pálido rostro.

Por alguna razón, siento un extraño sentimiento al ver a esta mujer por primera vez, una especie de sensación abrumadora, como cuando uno está en presencia de un animal aterrador ("Ni siquiera con la fortachona me llegue a sentir así"). Pero no logro ver nada fuera de lo normal, a excepción de su inusual belleza ("Espero que Mirina llegue a ser como ella"), por lo que decido calmarme y dejar que Ilen inicie la introducción.

   Mis saludos, ¿Es usted la guerrera llamada Mika?

   Así es. — Responde tranquilamente, mientras se sienta en una silla frente a nosotros. — ¿Están en busca de guerreros a sueldo?

   Guardaespaldas para ser más preciso. Necesitamos a alguien para cuidar nuestra carga comercial. — Indica Ilen.

   Bueno, eso siempre ha sido mi especialidad. ¿El jovencillo es su hijo? — Pregunta, mirando hacia mí.

   No, es mi protegido.

Nuestras miradas se enlazan pon un momento y puedo sentir como soy estudiado. Nunca he sido bueno en esta clase de cosas, pero hago todo lo posible por no sentirme intimidado, pues siento que está oliendo mi miedo.

   Tal parece que él es el amo y tú la sirvienta, ¿o me equivoco? — Dice, aun mirándome y demostrando una tranquilidad perturbadora.

   Así es. — Respondo, antes de que Ilen pudiese decir algo. — Pero no la considero para nada mi sirvienta. Ella es parte de mi familia y se podría decir que incluso una de mis mejores amigas.

   Ya veo. Te vez joven, deduzco que quizás tienes entre 12 o 13 años. Este sector de la ciudad no es muy seguro para un joven y su sirvienta. La ciudad puede entregar esa sensación de tranquilidad, pero hay gente al acecho por todos lados.

   En realidad creo que voy para los 10 años, aunque es verdad que estoy bastante crecido. Tal parece que voy a ser una persona bastante alta. — Intercambio miradas entre Ilen y la pelirroja. — Con respecto al peligro, debo admitir que no hemos medido bien el nivel de peligrosidad de la ciudad, así como tampoco el de las principal rutas comercial, por eso es que estamos buscando personas como tú.

   Ya veo. ¿Necesitas saber algo de mí, o no estás interesado en una mujer como guardaespaldas?

   No tengo problemas en eso, pero quiero preguntarte algunas cosas básicas. — Ella asiente ante mis palabras, así que continúo. — Estoy buscando un guardaespaldas de tiempo completo, así que necesito tus expectativas de ganancia mensual. Entre otras cosas, también si tienes familia, hijos, pareja, problemas con el alcohol, problemas de carácter y algunas referencias de tus antiguos empleos.

   Interesante. — Exclama un poco sorprendida. — Primera vez que alguien me pregunta tales cosas, no entiendo muy bien para que necesitas saber todo eso.

   Creo que son cosas bastante básicas, a la hora de contratar una persona en la que deberé depositar una gran confianza. No quiero a alguien con problemas de bebida, tampoco a alguien que se vuelva loco fácilmente. Respecto a los antecedentes familiares, me dice que tan disponible esta y lo comprometido con su empleo, pues una persona con pareja o hijos, claramente debe tener prioridades a la hora de arriesgar su vida por un desconocido. Por último, las referencias me pueden indicar tu experiencia y puedo buscar a tus antiguos empleadores, en el caso de necesitar más antecedentes que me convenzan de contratarte, pues quien nos dio tu nombre indicó que eres nueva en la ciudad.

Por un momento la habitación quedó en silencio. La pelirroja intercambia un par de miradas con Ilen, demostrando un poco más de sorpresa, pero sin perder ese tranquilo rostro que ha tenido siempre, para luego volver su mirada a mí;

   Bueno, la verdad es que no tengo familia en esta ciudad y nada de lo demás que has preguntado. Con respecto a mi experiencia, llevó 7 años desempeñándome en todo tipo de trabajos relacionados a mi habilidad de guerrera, desde guardián privado hasta custodiando caravanas dentro de este y otros reinos. Cuento con experiencia en combate e incluso he participado en dos batallas campales, la última de ellas en las afueras de Roment. Y con respecto a lo que usualmente gano durante mis trabajos, esto es cercano a las 4 monedas de plata semanal, o sea, cerca de una y media monedas de oro al mes

No puedo evitar mostrar una expresión de asombro ante el currículum de ella, no tanto por el contenido, sino por como lo dijo, con una increíble tranquilidad y frialdad en cada palabra. Hasta ahora nos hemos encontrado con guerreros que se jactan y suelen alardear de sus habilidades, hondean sus espadas, muestran sus músculos y armaduras, o cuentan anécdotas de sus heroísmos, recalcando exageradamente sus capacidades en combate. Pero ahora mismo frente a mí, una sencilla mujer, que a simple vista no llamaría la atención de nadie ("Salvo por su bello rostro"), me dice seca y tranquilamente, que ha matado a quien sabe cuántas personas ("Pues sobrevivir a una batalla implica eso"), y al mismo tiempo me entrega la seguridad, sólo con sus ojos, de que sus palabras son verdaderas. Tengo la gran sensación de que ella es la indicada.

   Ilen, ¿Qué piensas?

Ante mi pregunta, cargada de una mirada totalmente seria, ella simplemente asiente para darme su aprobación. Entonces me dirijo nuevamente a la pelirroja, esta vez llevando la conversación directamente al grano.

   Voy a ser totalmente honesto contigo, pues creo que veo en ti lo que estamos buscando. Llevamos a cabo un pequeño negocio de fabricación de alimentos, los cuales se venden aquí en la ciudad y debemos de transportarlos una vez a la semana. El problema es que hace casi dos meses fuimos asaltados por bandidos mientras volvíamos a nuestro hogar, nos robaron nuestro caballo y perdimos otras tantas cosas. Pero lo peor fue que casi nos atrapan a nosotros.

   Desde mi experiencia, es poco probable encontrarse con bandidos en este reino, pero el caso es que últimamente han comenzado a aparecer cada vez más bandas provenientes de Mothem, principalmente debido a la compleja situación política y económica que ha vivido este último año, luego de la derrota que les infringimos. — Añade ella.

   Ya me había imaginado algo por el estilo. Pero volviendo al tema principal, necesitamos un guardián de tiempo completo, pues además de custodiar el transporte de la carga, la protección de nuestro hogar es una gran prioridad. Últimamente he empezado a tener conciencia de la magnitud y crecimiento de nuestro negocio, por lo que no puedo descartar amenazas que puedan atentar con la seguridad de mi familia.

   ¿En verdad eres un niño? — Me dice, luego de descansar su mentón entre sus manos y sus codos sobre la mesa, además de cambiar su mirada a una más animada.

   Digamos que soy alguien especial. — Le respondo, mirando de reojo también a Ilen.

   Ya veo. Mira, por mi parte no tengo problemas en trabajar a tiempo completo, ¿pero tienes el dinero para costear mis servicios? Dices que es un pequeño negocio, y los pequeños negocios dudo que puedan costear lo que yo cobro.

   No te preocupes por el dinero, eso no es para nada un problema. — Le digo alegremente. — ¿Conoces la tienda del comerciante Diriun?

   Soy un tanto nueva en la ciudad, así que aún no conozco muchos nombres.

   Verdad. Bueno, ¿entonces ubicas la tienda en donde venden los populares dulces de leche?

   Por supuesto, todos la conocen. Aunque las filas son enormes, a veces me las arreglo para conseguir algunos, son bastante deliciosos.

   Eso lo hace más fácil, pues nosotros somos quienes proveemos a la tienda de tales dulces. — Le digo, mientras saco de entre mis ropas un pequeño saco, lleno de dulces de leche, para posteriormente ponerlo sobre la pequeña mesa de estar frente a nosotros. — Adelante, sírvete los que quieras, cortesía de la casa.

La pelirroja se muestra un tanto sorprendida y se sirve gustosamente algunos caramelos, degustándolos lentamente y con gran placer ("Creo que se parece cada vez más a Mirina, no sólo en la apariencia"). Decido entonces que es hora de terminar de convencerla, con una jugosa oferta de salario.

   Volviendo al tema de las remuneraciones. Si trabajas para nosotros, no sólo podrás disfrutar de muestras gratuitas de nuestro producto, sino que recibirás un sueldo mensual de 4 monedas de oro, aparte de la comida y techo, que obviamente van incluidas en el trabajo.

Casi puedo ver, como por un instante, la imagen de la mujer atragantándose con uno de los dulces. Su tranquila mirada se transforma en una de completo asombro, luego rápidamente en una de risa y finalmente de incredulidad. Observa por un largo tiempo a Ilen ("Graciosamente mientras lame uno de los caramelos, al tiempo que sus ojos transportan seriedad"), como buscando una reacción que le dijera que todo es una broma.

   No estamos bromeando. — Indica Ilen.

   Pero no lo entiendo, ¿Quién pagaría semejante suma?, ¿acaso no les dije lo que cobro usualmente? — Replica la pelirroja.

   Déjame explicártelo. — Comienzo, hablando seriamente. — Desde mi perspectiva, si voy a contratar a alguien en quien voy a depositar una tamaña confianza, como lo es la protección de nuestra seguridad y vidas. Lo mínimo que creó necesario, para garantizar su confianza, además de evitar que se sientan tentados de robar, es pagarles una suma que los deje más que tranquilos y a la vez los motive a seguir trabajando para nosotros. Tampoco te debes preocupar por que sea mucho para nosotros, después de todo, ¿sabes cuántos de esos dulces vendemos al mes?

   Ya veo, creo que entonces no necesito preocuparme por esas cosas. — Su sonrisa se empieza a entrever en cada una de sus palabras. — No necesito decirte que me has convencido, a pesar de que siento de que no hay necesidad de exagerar tales cosas. — Ella entonces me extiende su mano. — Tienes a tu guardaespaldas personal.

Luego de estrechar mi mano y posteriormente la de Ilen, discutimos durante un tiempo, tanto la partida a nuestro hogar, como la ubicación y las condiciones del trabajo. Decidimos partir todos juntos el día de mañana, por lo que tanto Ilen como yo, deberemos de pasar la noche en casa de mis abuelos. En el momento en que nos encontramos ya despidiendo, Mika nos detiene para decirnos una última cosa;

   La verdad es que mi nombre no es Mika. Disculpen que escondiera mi verdadero nombre, pues son razones personales. Pero ya que planeamos trabajar un largo tiempo, les tengo que decir que mi nombre original es Celine.


Entendiendo poco, al menos por ahora, de la razón del porqué de esconder su nombre, de alguna manera puedo ver en sus ojos, que es algo de naturaleza personal y no un problema grave de querer escaparse de algo que atente su vida ("Es lo que creo"). Decido que no es momento de preguntar por tales cosas y agradezco realmente el gesto de explicarlo, antes de que lo averiguáramos de otra forma. Así sin más, añadimos otro individuo a esta pequeña compañía ("Así me gusta llamarla"), que espero siga y siga creciendo.

About Unknown

Magazine Power Theme is officially developed by Templatezy Team. We published High quality Blogger Templates with Awesome Design for blogspot lovers.The very first Blogger Templates Company where you will find Responsive Design Templates.

3 comentarios:

  1. Interesante el episodio por lo que escribiste es posible que las dos pelirrojas (Tengo pésima memoria con los nombres)sean familiares.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Podría ser simplemente coincidencia, aunque quien sabe :)

      Eliminar
    2. Claro coincidencia (leer con una voz sarcástica y la ultima a extendida).

      Eliminar

Sinopsis

Un hombre aparentemente común, cuya vida gira en torno al trabajo y pasatiempos, súbitamente pierde la vida en un trágico accidente. Pero lo que debiera ser el final de una simple historia, se transforma en el comienzo de una gran odisea en un mundo completamente diferente.
Cargado de conflicto, guerras y oportunidades, este nuevo mundo abre los ojos de nuestro protagonista para intentar ser algo que nunca pudo y encontrar quizás respuestas a preguntas que nunca hizo.
¿Qué le deparará?, armado solo con sus manos y la lógica que todos a veces creemos tener.
Ambientada en la era medieval, esta novela nos propone una visión diferente de como un protagonista afronta la realidad de esta peculiar situación, sumergiéndonos en la lógica y la estrategia, así como plasmando muy detalladamente el cómo se desarrollan las batallas en dicha época.




Página de Wattpad:

LINK

 photo Portada 2_zpshfquxial.png

© Todos los derechos reservados

Ads

Copyright © 2015 All Rights Reserved

Blogger Templates Designed by Templatezy